jueves, 13 de diciembre de 2012

Al calor de la chimenea.

Ha llegado diciembre, al llegar a la casa esta se encuentra demasiado fría.
Hace algunos años que  pusimos la calefacción a gasoil, desde luego el calor que desprenden los radiadores   es limpio, seguro  y en pocas horas puede aumentar la temperatura de toda la casa dejando una estancia sin ninguna sensación de frío.
Pero nos sigue gustando encender la chimenea, puedo pasarme horas contemplando como se queman los troncos, su ruido, el olor a leña quemada y ese calor que desprende. Me gusta mucho.
Cuando eramos pequeños una de las actividades de otoño era ir a buscar leña para el invierno, ahora la compramos y un 20% de la utilizada proviene de las podas de los arboles y de ramas secas o arboles que se muere en el huerto. Es la mejor manera de reciclar o tal vez seria mejor decir utilizar todas aquellas ramas  que proceden  de la poda.
De paso sirve para calentar  y consumir menos gasoil de la caldera.
Anochece muy pronto y la chimenea acompaña en las largas noches de diciembre.
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3 comentarios:

  1. Me encanta sentarme alrededor de la lumbre, cuando era pequeña nos juntábamos toda la familia y era precioso. Besitos.

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  2. El calor de la calefacción es ciertamente más limpio pero, estoy de acuerdo contigo, que estar al lado de una chimenea encendida con leña es una sensación única. que tengas un buen fin de semana Kisi. Un abrazo

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  3. Si por algo nos gusta la llegada del frio, es por la chimenea. Que delicia!!! Es un calorcito diferente a otros y además...¡¡¡lo que entretiene una chimenea en las largas tardes de invierno!!! Horas puedes pasarte sólo mirando el fuego, escuchándo el crepitar de los troncos y admirando los diferentes colores que se producen en ella.
    Hay que vivirlo para saber de que hablamos. ¿¿¿verdad???
    Un abrazo desde EL TERRAO.

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